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Cámara de Cuentas destapa graves anomalías en gestión de la Alcaldía de Santiago (2013-2015)

El informe de auditoría del Ayuntamiento Municipal de Santiago pone en evidencia una serie de anomalías graves en la gestión financiera del municipio, que comprometen la acción del alcalde y los responsables del manejo presupuestario.

A pesar de que la institución ofreció explicaciones, no aportó documentos que puedan desvirtuar los hallazgos, por lo que estos permanecen en el informe final.

Entre los descubrimientos más alarmantes figuran partidas de ingresos no presupuestadas, pagos con tarjeta de crédito sin respaldo, omisiones en pago de impuestos retenidos, pagos a funcionarios como proveedores sin evidencia, compras fraccionadas, gastos excesivos en obras y otras fallas institucionales.

Hallazgos clave que comprometen responsabilidad municipal

Ingresos no estimados:

El municipio percibió RD$577,504,693 por conceptos no contemplados en los presupuestos anuales, sin planificación ni respaldo documental.

Gastos con tarjeta de crédito sin justificantes:

Se identificaron desembolsos por RD$2,077,926 desde recursos públicos, cargados a la tarjeta del alcalde Juan Gilberto Serulle, sin documentos que acrediten su naturaleza.

Retenciones de ISR no entregadas a la Autoridad Fiscal:

En 2015, se retuvieron RD$5,635,562, pero esos fondos no se remitieron a la DGII, quedando pendientes como cobros coactivos.

Pagos a funcionarios como proveedores sin soporte:

Montos de RD$2,575,746 fueron girados a empleados o funcionarios por bienes o servicios, sin comprobantes que acrediten su cumplimiento.

Compras fraccionadas para evadir controles:

Se evidenció adquisición de bienes por RD$9,351,546 divididas en partes menores para evitar los procedimientos legales establecidos.

Pagos superiores a lo ejecutado en obras:

En tres obras verificadas hubo montos sobrevalorados por RD$521,151 más de lo realmente realizado en campo.

Retenciones del 1×1000 incumplidas:

Se detectaron RD$116,427 retenidos a contratistas que nunca fueron remitidos al Colegio Dominicano de Ingenieros (CODIA).