El área metropolitana de Puerto Príncipe, la capital de Haití, fue escenario este jueves de una tensa situación marcada por continuos tiroteos, barricadas de neumáticos ardiendo, el bloqueo de algunas carreteras e, incluso, barrios completos.
La situación causó la paralización de las actividades comerciales, el cierre de varias escuelas y la alteración del transporte público en el área central de Puerto Príncipe.
Varios manifestantes aseguraron a medios locales que el movimiento tiene por objetivo que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, renuncie antes del 7 de febrero venidero, fecha reconocida en la historia del país para la investidura de los presidentes.
Además de los centros educativos, instituciones del Gobierno y empresas privadas instruyeron la salida de su personal y cerraron sus puertas.
Los manifestantes expresaron que Henry ha permitido que las bandas fuertemente armadas se hayan hecho dueñas de gran parte de la capital haitiana y de otras zonas del país, con su accionar de matanzas, robos, secuestros, violaciones y el corte de las principales carreteras de acceso a la capital.
Desde hace unas dos semanas se han reanudado las protestas antigubernamentales en varias ciudades del país, exigiendo la dimisión de Henry, que asumió el cargo poco tiempo después del asesinato del presidente Jovenel Moise, en julio de 2021.
Revolución de Philippe
Este jueves, la ciudad de Jacmel, en el departamento del Sureste, vivió una jornada de manifestaciones antigubernamentales. Las manifestaciones formaban parte de la «revolución» lanzada por el antiguo líder rebelde Guy Philippe, quien fue deportado al país desde Estados Unidos, luego de cumplir una condena de siete años por tráfico de drogas.
Les Cayes, Jérémie y Miragoane, en el sur del país, se paralizaron a principios de semana. Escuelas, comercios informales y oficinas gubernamentales cerraron sus puertas.
Desde hace algún tiempo se han recrudecido las hostilidades entre bandas armadas que llevan a cabo intensos ataques en el barrio capitalino de Solino, situado a pocos kilómetros del Palacio Nacional. Esta situación está provocando que decenas de familias huyan de sus hogares, engrosando los campamentos improvisados donde miles de personas subsisten en condiciones infrahumanas.
A primera hora de la mañana, vecinos de Solino y Delmas 25 dieron la voz de alarma en las redes sociales, reclamando la intervención urgente de la Policía para frenar la invasión de bandas armadas que pretenden hacerse con el control de la zona.